El cáncer de testículo es un tipo de cáncer que generalmente se origina en el testículo, una parte del sistema reproductor masculino, aunque también se puede manifestar inicialmente en el abdomen o en el tórax (mediastino). Su causa es hasta el momento desconocida.
Es una enfermedad que ha pasado de ser extremadamente rara a principios del siglo XX, a ser en la actualidad el tipo de tumor maligno más común entre los varones jóvenes. Son diagnosticados cada año con esta enfermedad, entre 8.000 y 9.000 varones en Estados Unidos, 1.400 en el Reino Unido, unos 500 en España y sobre 10.000 en la Unión Europea. A lo largo de la vida, la probabilidad de desarrollar cáncer de testículo es de 1 entre 250 (0,4%), aunque la incidencia varía en función de las razas.
La mayor incidencia se da entre los varones de raza blanca de parte del norte de Europa. En la Unión Europea la menor incidencia se presenta en España. Los varones de raza negra tienen la menor incidencia global. Es más común entre los 15 y 40 años aunque puede afectar a varones de cualquier edad.
El cáncer de testículo tiene una de las tasas de curación más altas de todos los tipos de cáncer, por encima del 90%, y prácticamente del 100% si no se ha extendido. Incluso en los relativamente pocos casos en los que se ha extendido ampliamente, la quimioterapia consigue curar completamente al menos a la mitad de esos casos.
SON SINTOMAS Y DETECCION PRECOS :
- La gran mayoría de los casos de cáncer de testículo es detectado por el propio paciente. No produce síntomas generales que puedan hacer sospechar de un problema médico, como fiebre o dolor. Dado que el cáncer de testículo es curable cuando se detecta precozmente, los expertos recomiendan la realización mensual de la autoexploración testicular tras una ducha caliente, cuando el escroto está más relajado. El varón debe examinar suavemente cada testículo palpando en busca de bultos duros y luego comparar ambos.
- un pequeño bulto fijo en el propio testículo, generalmente indoloro
- pequeño dolor o pesadez en un testículo (sin haber recibido nigún golpe reciente)
- una repentina acumulación de fluido en el escroto
- ligero agrandamiento o molestias en los pezones o en los pechos
- dolor sordo en el bajo vientre o la ingle
- aumento o disminución significativos del tamaño de un testículo
El cáncer de testículo es uno de los más curables de todos si se detecta pronto.
El diagnóstico del cáncer de testículo se realiza mediante ultrasonidos con una ecografía de los testículos, y si lo hay, su extensión por rayos X y TAC. En caso de un diagnóstico dudoso, la ecografía debería ser realizada antes de 2 semanas. Además en un análisis de sangre se miden los marcadores tumorales específicos AFP, GCH-β, (y LDH) que proporcionan mayor evidencia sobre el tipo de tumor y su extensión.
La biopsia o PAF del testículo está contraindicada en general, puesto que puede facilitar la dispersión del tumor por una ruta que no es la usual. Y está indicada en pacientes con tumores retroperitoneales o mediastinales.
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